La procastinación, o la tendencia a dejar las cosas para después, es
uno de los males de la sociedad moderna que nos mantiene en una parafernalia de
la distracción desde las redes sociales hasta rutinas sin sentido como mirar tv
o cosas por el estilo cuando deberíamos estar haciendo nuestro trabajo,
estudiando o cumpliendo alguna responsabilidad previamente asumida.
Procastinar es postergar
las cosas con el único sentido de disfrutar del
ahora pero en realidad encierra también un complejo circuito de malos hábitos y
de falta de disciplina que se ha ido internalizando en el procastinador con el
tiempo sin que este se haya dado cuenta, y cuando se quiere tomar las riendas
del asunto nos gana la pereza o el fracaso de los reiterados intentos de evitar
caer en las tentaciones de la procastinación continua.
En realidad la procastinación
es el intento inconciente de nuestro cerebro a evitar el displacer, el solo
hecho de pensar en cumplir una rutina o en tener que hacernos cargo de un
trabajo que requerirá de nuestra atención plena y compromiso cuando podríamos estar
haciendo otra cosa hace que el cerebro encuentre la salida más cómoda que es
simplemente olvidarse de la angustia y elegir hacer algo placentero, que puede
ser hacer nada.
Dejar las cosas para otro día es tan común como la humanidad misma y
no es de sorprenderse que sea una lucha constante por ganar un poco más de
fuerza de voluntad para cumplir con la tareas pero es cierto que también es un
problema que tiene soluciones y que puede ser enfocado desde diferentes
lugares, por ello quisiera hablarte de algunas técnicas simples para evitar la procastinación:
- - Engaña a tu cerebro: Una de las formas más simples de evitar la procastinación es engañar a tu cerebro para que haga lo que tiene que hacer sin pensar en el tiempo que le demandará, puedes decirte algo asi como: “Haré esa tarea solo por cinco minutos y nada mas”. Si te dices eso y te lo crees cuando comiences a hacer la tarea te será mucho mas fácil continuarla pues el cerebro tiene la resistencia mucho más alta al pensar sobre la tarea misma que al realizarla independientemente de su complejidad. Lo que le genera angustia al cerebro es el inicio no la tarea en sí misma.
- - Usa la técnica Pomodoro: Esta es una de las mejores técnicas que he encontrado y que personalmente uso. Se trata de una simple técnica basada en la división del tiempo en pequeños bloques de entre 30 y 45 minutos con 15 minutos de descanso entre sesiones hasta completar tu trabajo. Yo uso una aplicación que se llama ClearFocus que bloquea cualquier distracción mientras realizo mi tarea pautada, auto bloquea las redes sociales y notificaciones que puedan interferir en esos momentos de suma concentración.
- - Lleva un diario de hechos y objetivos: Tener un registro escrito acerca de tus objetivos diarios y de tu meta para ese día es crucial para poder tener en mente tantas veces como sea posible el hecho que te motive a alcanzar tus metas por sobre cualquier obstáculo que no tengas previsto. Es decir, debes poder recordarte permanentemente porque debes hacer lo que has pautado para ese día y porqué eso es importante para ti. Ponerlo por escrito es una forma de concentrarte en lo que quieres lograr que funciona mucho mejor de la tendencia a divagar que tiene nuestra mente inquieta hacia el ocio.
- - Crea rutinas especificas a horas especificas: Una de las cosas que más cuesta pero que más beneficios a largo plazo nos trae, es crear o reemplazar malos hábitos por otros buenos. Tener una rutina que funcione por lo menos durante 30 días es un excelente inicio para crear nuevos hábitos, y si es de mañana y a la misma hora, pues mucho mejor. Eso te ayudará a crear una solida personalidad de autodisciplina que luego se hará reflejo en tus acciones concretas de todos los días.
-
Seguiré hablándote sobre este tipo de técnicas en el futuro porque
creo que además de ser de mucha utilidad para emprendedores, estudiantes y
profesionales es excelente poder ser concientes de que queremos lograr y del
valor del tiempo que tenemos diariamente para poder lograrlo.
Para poder alcanzar grandes
metas hay que poder concentrarnos todos los días en pequeñas rutinas que
nos acerquen al ideal de persona que queremos ser y a las metas que nos hemos
planteado para este año, pero comenzando hoy, no mañana ni dentro de seis meses
más.
Sé conciente de hacia dónde quieres ir y contrólalo, de esa forma
lograrás todo aquello que te has propuesto y sin tener que sufrir las
consecuencias de tu falta de enfoque y de la procastinación.
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